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TITA, LA HORMIGA PEREZOZA
Jose Antonio Damian Gonzalez

Tita la hormiga perezosa se recostaba sobre su hoja mientras sus demás compañeras trabajan arduamente para tener que comer. Las demás hormigas ya estaban hartas del comportamiento de Tita, en eso, a la hora de la comida decidieron darle una verdadera lección de vida. Un día, cuando todas  se disponían a comenzar a trabajar, se pusieron de acuerdo para no regresar durante el día a la colonia para que Tita se sintiera sola y sin alimento. Y así lo hicieron.
Cuando era la hora de que las hormigas llegaran con el primer viaje de alimento, Tita se comenzó a preocupar puesto que era muy raro lo que comenzaba a suceder; pasaron las horas y ninguna hormiga se veía bajar. Ante esta situación Tita decidió salir a buscarlas, pero ¡oh sorpresa! No sabía por dónde empezar pues ya hace mucho tiempo que no  había salido a recoger alimento. Comenzó a caminar sin rumbo fijo desesperada por no encontrar a sus compañeras, iba de colonia en colonia preguntando por las hormigas que habían sido su familia durante varios meses.
La noche llegó y la lluvia se veía caer sobre la hierba; Tita se encontraba cansada y sin esperanzas; mientras tanto en la colonia comenzaron a llegar todas y cada una de las hormigas contentas por haberle dado una lección a la hormiga perezosa, pero ellas no sabían que Tita ya no se encontraba allí. Cuando se dieron cuenta de la ausencia de Tita todas se preocuparon y, al buscarla sin resultados, se sintieron culpables por lo acontecido. En fin, esa noche nadie durmió por estar pensado en la pequeña compañera perdida.
A la mañana siguientes toda la colonia se organizó para buscar a Tita en los alrededores y en las demás colonias, pero su esfuerzo fue en vano pues no consiguieron localizarla. En alguna colonia les comentaron que Tita pasó por allí buscando a sus compañeras muy preocupada porque no habían regresado durante todo el día. Todas las hormigas se arrepintieron por lo que le hicieron a la pobrecita de Tita y se echaban culpas unas a las otras. Ya casi cayendo la noche, les llega una visita inesperada, era una hormiga de la cruz verde quien les dijo que una hormiga de su colonia había sido encontrada la mañana de ese día muy herida y al borde de la muerte, y que ahora se encontraba en el hospital del Hormiguero del Centro.
Un pequeño grupo se dirigió al hospital para ver a su compañera. Cuando la vieron y pudieron platicar con ella le pidieron perdón y le explicaron que ellas sólo querían darle una pequeña lección pues no les parecía que no trabajara ni ayudara en las labores cotidianas. Tita asintió diciendo que si ella no había colaborado en las actividades de la colonia era porque en las últimas semanas se había sentido muy mal y que no había querido decirles nada para no preocuparlas. Ella les contó que en su última salida a trabajar una enorme roca cayó sobre su cuerpo y que ahora le era muy difícil moverse con rapidez, cosa que nunca antes nadie había notado.
Las demás hormigas se sintieron aun más culpables por no haber entendido a su querida compañera. Dos días después Tita muere dándoles una lección de vida a toda la colonia: Nunca hay que juzgar a las personas por lo que hacen o dejan de hacer, sus motivos han de tener. Siempre es mejor escuchar y comprender a los demás.




A PUNTO DE DAR MI PRIMER BESO DE
 AMOR
María de Lourdes Macedo Ortega

Esta es la historia de Sonia… Sonia era una mujer alegre, entusiasta, positiva y de gran corazón. Un día por la mañana al mirarse al espejo se preguntaba con rostro enigmático ¿Cómo sería la vida si yo no sonriera? ¿Para qué sirve sonreír?, así y muy segura de sí misma se dijo: “solo por este día no sonreiré ni reiré”. Después de estas palabras se apresuro a arreglarse para irse a la escuela.
Llego a la escuela, como de costumbre, saludo a todos los compañeros y maestros que encontraba en su recorrido por los pasillos, pero su rostro se mantenía intacto, ni una leve sonrisa iluminaba su cara; entro a clases, salió a desayunar y platicaba con sus amigos y profesores, pero nada cambiaba, ella seguía sin sonreír.
Ya pasaba del medio día y  Sonia enojada se decía: “que mas da… nadie nota si rio o no, será a caso que soy la misma con o sin sonrisa??”; mientras ella seguía hablando para sí misma, un chico que la  había escuchado furiosa, se acerco a ella y con voz baja y un poco temerosa le dijo: “yo si he notado que no has sonreído, aun no entiendo la razón, pero sé que te sientes mal por eso y a la vez, nos haces sentir mal a los demás, porque tú no sabes de todas las personas que nos alimentamos con cada destello que das cuando ríes…” Sonia sorprendida quedo paralizada, pues a aquel chavo tímido y reservado ella jamás lo había visto.
Sin decir una sola palabra, el joven se dio la vuelta y mientras se alejaba del lugar decía: “Recuerda Sonia… Sonríe porque esa luz puede iluminar el camino de los demás y es indicio de que aun estas viva y que das la oportunidad de que los demás podamos entrar a tu corazón…” La chica seguía petrificada y con una mirada dulce vio como ese chico transmitia una alegría inigualable.
Por fin se llego la hora de salir de la escuela, Sonia se fue a su casa, pero no dejaba de pensar en ese chico apuesto, de mirada brillante y  lleno de palabras inspiradoras. Sonia no lo podía creer, se enamoro de  alguien a quien no conocía.
Al caer la noche, esta chica no podía dejar de pensar en su “príncipe”, ya quería que fuera el día siguiente para buscarlo en la escuela, hacerse su amiga y después su novio. Y así sucedió, al otro día se fue a la escuela, se reencontró con el chavo de sus sueños y sin conocerse se hicieron novios.
Cuando Sonia acepto ser  novia de este chico misterioso, ella sabía de antemano, que con él será su primer beso de amor… y cuando ya los labios de estos jóvenes estaban cerca, ya apunto de juntarse… Oh gran sorpresa…!!! Sonia despertó de su sueño.
Sin embargo, Sonia no perdió las esperanzas e inconscientemente comenzó a realizar lo que en su sueño había vivido… ¿Será que se cumpla su sueño?




La lección más grande
Antonio de Jesús Hernandez Hernandez
Hace algún tiempo en un lejano lugar vivía un niño llamado Javier, era hijo del rey Francisco y la reina Martha.  Javier era hijo único por lo tanto heredero de una gran fortuna. Durante su niñez  al tener una vida llena de lujos y riquezas, nunca supo el significado de “trabajar para ganarse la vida”. Sus padres nunca aceptaron que el niño colaborara en el aseo del hogar pues  para eso estaba la servidumbre y el único rol de Javier era tomar sus clases de música, literatura y natación.  
Una noche mientras los reyes tomaban el té con algunos familiares y amigos llegó un correo, todos se quedaron en suspenso ya que nunca recibían correos a esas horas. Era una supuesta invitación para un gran banquete que se llevaría a cabo en las últimas horas de esa noche con motivo de las festividades del mes de diciembre, inmediatamente los reyes se prepararon para salir. Unos maleantes en el camino les tendieron una trampa y les resulto pues el carro donde viajaban se volcó y quedo deshecho cobrando la vida de los reyes.  Comenzaron a correo las primeras horas del día siguiente y los reyes no regresaban de aquel banquete. Javier no se había percatado de lo que pasaba pues aún se encontraba dormido.
Antes del medio día un criado fue de compras al tianguis y escuchó algunos rumores sobre la muerte de los reyes debido a un accidente automovilístico. La astucia de aquel hombre lo hizo idear un plan para quedarse  con todos los bienes, ante el dolor de Javier por la muerte de sus padres,  le ofreció su sincero apoyo pero siempre y cuando compartieran la herencia. El niño sin saber de la maldad del criado aceptó su propuesta pero este no cumplió con lo acordado  porque puso todo a su nombre y dejó al pobre Javier sin un solo peso echándolo a la calle.
El pequeño se angustió mucho al darse cuenta que en tan poco tiempo la vida lo dejó sin nada. Después de unos días lloró mucho por no saber valerse por sí mismo pero en ese momento un hombre conmovido por su sufrimiento le ofreció trabajar de mesero en un restaurante. Un día inesperado no asistió el cocinero y sólo  estaba Javier a cargo del negocio, sin pensarlo se puso a cocinar. Los clientes quedaron muy satisfechos por la comida de aquel día. Pronto el ya joven  fue muy conocido por su gran cualidad, le aumentaron el sueldo y ahorró para crear su propio restaurante. Javier fue un hombre muy conocido por haber creado la red de restaurantes con mayor prestigio en toda la historia.



MUERTE Y VIDA NUEVA
Lizbeth Eunice Ocampo Tolentino.

Una vez en Almoloya del Río, a faldas del Nevado de Toluca vivía una joven hermosa de tan solo 18 años de edad, sus padres se habían divorciado, su papá se casó nuevamente y vivía en Aguascalientes,  por tanto,  ella vivía con su madre.
Como ya no contaba con apoyo económico, aquella joven de nombre Leticia se vio en la necesidad de buscar trabajo. Un día al pasar por el centro del pueblo se percató de un anuncio que decía: “Se solicitan costureras”. A Leticia su mamá le había enseñado un poco de costura, así que se dirigió hacia el taller a preguntar por el trabajo y después de unas pequeñas pruebas que superó, le dijeron que la esperaban al día siguiente para comenzar a trabajar.
Aquella joven conoció a Luis, el hijo de la dueña del taller. Ambos tenían  21 años de edad, por lo cual se llevaban muy bien. Doña Petra, la madre de Luis se percató que últimamente su hijo le llevaba detalles a  Leticia y tiempo después se hicieron novios. Así pasaron varios meses, se les veía salir juntos a comer y año y medio después de ser novios se comenzó a notar un incremento de peso en Leticia y paño en la cara. Efectivamente, Leticia estaba embarazada.
Para doña Petra, Leticia nunca había sido de su agrado como novia de Luis, pensaba que era poca cosa para su hijo. Leticia platicó con Luis, esperando con emoción que el joven le dijera que se casarían y juntos educarían a su bebé. Sin embargo, él respondió contrariamente, negándose a hacerse cargo del bebé.
En esa misma tarde, Luis desconcertado por la noticia, decidió salir con sus amigos a emborracharse. Al otro día que Leticia se presentó con doña Petra para renunciar al trabajo se sorprendió al ver la casa de Luis llena de flores y  cirios encendidos, pero mayor fue la sorpresa al ver dentro de un ataúd el cuerpo de Luis ya sin vida.
El joven había tenido un accidente en la carretera, manejaba con exceso de velocidad y bajo efectos del alcohol lo que ocasionó que fuese a dar al fondo de un barranco y muriera instantáneamente, según el perito. Sin nada más que hacer, Leticia se quedó a acompañar a doña Petra y le confesó que sería abuela dentro de unos meses y cuando quisiese ver a su nieto ya sabía dónde la encontraría.
Pasados los nueve meses de embarazo Leticia tuvo un bebé varón a cual doña Petra visitaba cada ocho días. Aquella madre soltera junto con su mamá comenzó a vender quesadillas afuera de su casa, de lo cual subsistían.


Fernanda y Enrique, una historia de amor
Zitlaly Yazmin Reyes Lopez

Era una vez una niña joven que vivía en un bosque muy muy lejano de la civilización. Fernanda tenía la compañía de sus padres, eran las únicas personas  que habitaban ese bosque, lleno de flora y fauna. Fer sabía que a miles de kilómetros se encontraba una gran urbe, la cuidad de L.A., y se preguntaba la razón por lo cual sus padres decidieron aislarse de todo el mundo. Sin saber que muy pronto iba a encontrar la respuesta a su duda.
Un día su padre comenzó a sentirse mal, era inexplicable pues era un hombre fuerte, sano y muy trabajador. Su enfermedad comenzó a agravarse cada vez más hasta llevarlo a la cama. Fernanda y su mamá comenzaron a preocuparse demasiado, pues a pesar de las curaciones con hierbas medicinales que le habían hecho, nada les daba resultado. Los malestares del padre de Fernanda cada vez eran peores, y junto a su madre tomaron la decisión de buscar ayuda pues no iban a permitir que muriera.
La única opción que tenían era ir a la cuidad, cuidad de la cual habían huido los padres de Fernanda algún día. Su padre no se podía quedar solo, y Fernanda decidió que su madre se quedara con él, mientras ella se iba a aventurara a un viaje hacia la cuidad que jamás había pisado. Así fue como su madre le dio instrucciones de cómo llegar, le proporciono alimento para el viaje y objetos de valor que podía vender para pagarle al doctor.
Fernanda, tomo su caballo más rápido que tenia, preparo todo y emprendió su viaje hacia la cuidad, esperando que a su regreso pudiese encontrar aun con vida a su padre. Fueron 2 días y 2 noches los que Fernanda cabalgo hasta llegar a la cuidad, cruzo por todo el bosque enfrentándose a un sinfín de peligros, como por ejemplo la caída de su caballo, la picadura de insectos venenos, etc. Al llegar a la cuidad se quedo sorprendida de las maravillas de L.A., pero para ella lo más importante era encontrar a un doctor que pudiese llevar para que checara y curara a su padre. Recorrió toda la cuidad y ningún doctor se atrevía a ir con ella para ver al paciente, y los que si podían cobraban una fortuna por realizar su trabajo, y el dinero que llevaba no alcanzaba.
Tardo varios días hasta que pudo encontrar al doctor Enrique, un joven apuesto, humilde pero muy inteligente que decidió ayudar al padre de Fer. Juntos cabalgaron en el mismo caballo, tomándose solo pequeños espacios de tiempo para descansar y comer, en el trayecto del camino se comenzaron a tratar, paso muy poco tiempo para los jóvenes se enamoraran profundamente. Era como si fueran hechos uno para el otro, tenían tanto en común que era imposible que no se enamoraran.
Llegaron a la casa de Fernanda, su padre moribundo en agonía apenas pudo abrir sus ojos, el doctor de inmediato lo atendió y examino, le inyecto una sustancia que lo iba a curar. Fernanda estaba tan agradecida con su amado, porque si no hubiera sido por el su padre hubiera muerto, era momento de que Enrique regresara a la cuidad. Fernanda estaba destrozada y no soportaba la idea de estar lejos de su amada, Enrique se sentía de la misma forma
Así fue que la hermosa pareja de jóvenes decidió unir sus vidas para siempre, Enrique decidió renunciar a los lujos que tenía en la cuidad para vivir en aquel hermoso bosque con la mujer de sus sueños. Y por fin Fernanda se dio cuenta la razón por la cual sus padres se aislaron en ese bosque, lejos de la cuidad, lejos de todos. El amor que vivido por la pareja estuvo libre de problemas, nadie podía intervenir en su amor, solo ellos sabían lo mucho que se amaban, vivieron largos años de felicidad y ni la muerte fue un obstáculo para que estuvieran juntos.



JOVITA

Mayra Lizeth Sandoval Martinez

En un lugar alejado de la civilización llamado San Vicente, nació una linda joven de 15 años llamada Jovita. Nuestra amiga era hija única de una familia de clase media. Su padre veía lo hermosa que crecía así que creía que merecía el mejor hombre para desposarla.  Un día que Jovita regresaba de darse un chapuzón en el río, vio varios caballos que pertenecían al rancho de la familia Santana, los más ricos de San Vicente y los responsables de las desgracias y el nulo avance del pueblo. Ella desconocía la razón del por qué ellos estaban ahí, hasta que entró y oyó como su padre le concedía su mano a uno de ellos. La jovencita no lo podía creer y sin pensarlo dos veces decidió irse y escapar a casa de su tía Carmen. Sigilosamente fue a los establos de dónde tomo un caballo y huyó velozmente. Por fin llegó y su tía Carmen le abrió la puerta. Doña Carmen al ver a su sobrina llorando, la abrazó. Jovita le contó lo que su padre pretendía, la tía se indignó y decidió ayudarla y darle asilo mientras su padre cambiara de opinión.

Mientras tanto los padres de Jovita estaban tan preocupados por ella, pensaban lo peor. La desesperación era mayor cada día que pasaba, la buscaron por todas partes y ni rastro de su joven hija. Pasó el tiempo y Carmen le pidió que regresara con sus padres, al menos para que supieran que estaba bien y que no quería casarse. Jovita no sabía qué hacer y después de tanta insistencia por fin decidió una mañana ir con sus padres. A  mitad de camino se encontró con un forastero que pedía su auxilio, Jovita no sabía qué hacer, por un momento pensó que se trataba de un asaltante pero al ver que estaba herido y a punto de caer, se bajó del caballo e impidió que el hombre se diera un buen golpe. Jovita lo llevó a casa de su tía, mientras iba, la joven no sabía si estaba haciendo bien, tal vez él era un prófugo de la justicia, pero ni modo que lo dejara morir solo, antes que nada él era un cristiano. La tía vio a Jovita y la auxilió, entre las dos cuidaron del forastero, claro, siempre muy precavidas.

Entre más pasaba el tiempo Jovita veía algo especial en el joven extraño, algo que era diferente, que en los demás hombres no miraba. A veces fantaseaba con él, doña Carmen se dio cuenta de lo que pasaba y hacia que su sobrina deshiciera toda esperanza de amor que existiera en Jovita. Una mañana el joven recobró la consciencia, éste se levantó y las mujeres al verlo se quedaron, no sabían qué hacer, Jovita se quedó muda, inmóvil al verlo por fin despierto. El joven también se quedó inmóvil al ver a Jovita, lo único que salió de sus labios fue un “gracias” y la jovencita sonrió al ver que él se acordó de ella. Doña Carmen le pregunto su nombre, él respondió “Roberto”, y después les contó el porqué de su persecución, las mujeres al oír su triste historia, no dudaron en ayudarlo. A pesar de que el tiempo había transcurrido Jovita no olvidaba que tenía que ir con sus padres y contarles todo pero con la llegada de Roberto ese encuentro tendría que aplazarse más, porque entre ellos estaba surgiendo algo maravilloso y de ninguna manera ella iba a renunciar a eso tan especial. Con el trato diario, los dos se enamoraron y Roberto le pidió a Jovita que se casara con él, ella aceptó no sin antes contarle su historia, a él no le importó y estaba dispuesto a ir con sus padres a pedirles su mano, Jovita estaba llena de felicidad y planearon el día en que irían a la hacienda de sus padres.

A la semana siguiente los dos jóvenes partieron a San Vicente. Al oír el prometido que su Jovita estaba con otro se lleno de furia y se dirigió a donde estaban. Mientras tanto Jovita iba esperanzada en conseguir el perdón de sus padres y a decirles que los amaba. Estaban ya en la entrada de la hacienda de sus padres cuando se apareció uno de los Santana y sus pistoleros para impedirles el paso, él le pidió a Jovita que se fuera con él, Jovita se negó y le gritó que ella nunca se casaría con él. Él se acercó y la quiso tomar del brazo, Roberto se interpuso y le dijo que ahora ella era su prometida y que no iba a permitir que nadie le faltara al respeto. Santana se puso furioso y lo amenazó con su pistola, después jaló Jovita a su lado y la tomó del cabello, le empezó a gritar y a humillar. Roberto no pudo más y se lanzó encima del hombre, el cual les gritó a sus pistoleros que lo mataran, se oyó un balazo y él se desvaneció de una herida en la espalda, Jovita gritó y corrió hacia el cuerpo de su amado el cual ya estaba inmóvil y sin aliento alguno. Jovita llena de furia tomó el revólver que Roberto tenía en su saco y le disparó a Leandro en el estómago, los pistoleros le respondieron con un balazo justo en el corazón, el cual terminó con su vida. Jovita nunca llego a casa, con sus padres para pedirles perdón y ellos nunca volvieron a ver a su hija de nuevo, ni ellos ni su adorada tía Carmen, la cual les contó por todo lo que había pasado Jovita y de sus intenciones de reunirse con ellos para decirles cuanto los amaba.